Un joven científico, Jerónimo Batatista Bucher, propone sustituir los vasos plásticos de usar y tirar por vasos biodegradables elaborados con extractos de algas.
De esta forma pretende aportar una solución ecológica para minimizar el desmedido consumo de plástico de un solo uso.
Tal y como manifestó en una entrevista concedida a Noticias ONU, su devoción por el cuidado del medio ambiente comenzó cuando tenía 12 años, etapa en la que se sintió especialemnte atraído por la ciencia y representó a su colegio en distintas olimpiadas nacionales e internacionales.
Considera que la gran crisis ambiental que estamos viviendo requiere particularmente de los jóvenes.
“Debemos comprometernos a asumir esta problemática y contribuir desde nuestro lugar, cambiando hábitos de consumo, impulsando reformas legislativas y utilizando la tecnología para forjar soluciones alternativas que nos permitan vivir en armonía con el medio ambiente, teniendo un impacto positivo en el desarrollo sostenible”.
Jerónimo Batatista Bucher, argentino y de 21 años de edad, actualmente estudia cuarto año de la carrera de Biotecnología en la Universidad de San Martín, donde cuenta con su propio laboratorio.
Cuando estaba finalizando sus estudios de educación secundaria, reparó en que la acumulación de utensilios de plástico desechables durante los recreos escolares era excesiva e insostenible.
Ahí se gestó su afán emprendedor, destacando no solo en su país, sino también en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Su preocupación por la contaminación plástica le llevó a buscar una alternativa ecológica destinada a modificar los hábitos de consumo nocivos y que constituyen la causa de que 8 millones de toneladas de plástico acaben cada año en los océanos.
Ecológico, biodegradable y compostable.
Su descubrimiento fue un vaso biodegradable, con el mismo formato que los desechables, pero fabricado con extractos de algas que se producen en entornos naturales marinos o canales.
Este vaso innovador puede contener distintos líquidos, se degrada de forma natural en menos de dos semanas y sirve igualmente para elaborar compost.
Con tal fin trabaja de forma incansable, junto a un grupo de investigación de ingeniería en materiales y un grupo de especialistas en diseño industrial, para perfeccionar el prototipo de la máquina (que lleva por nombre de “Souri”) que fabrica estos innovadores recipientes.
Referente internacional.
Su labor y dedicación lo han colocado como referente a nivel internacional. En 2017, y con solo 19 años, leyó el texto final de la Cumbre Mundial de jóvenes del G20 en Alemania, ante la Canciller Angela Merkel, evidenciando con ello que la juventud puede realizar aportaciones de gran calado a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
2019 también está siendo un buen año para Jerónimo, que recibió un segundo reconocimiento internacional por su trabajo para disminuir la contaminación ambiental.
En junio fue seleccionado por las prestigiosas universidades norteamericanas Harvard y MIT, con sede en Boston, para participar en un programa de formación presidido por reconocidos expertos en biotecnología y desarrollo sostenible.
Posteriormente, viajó a Medellín, donde se consagró como uno de los ganadores de la decimocuarta edición de la Competencia de Talento e Innovación de las Américas (TIC), en el marco del Foro de Jóvenes de las Américas.