Los impulsores son un grupo de estudiantes de la universidad nacional de Rosario (Argentina), que desarrollaron un innovador emprendimiento ecológico.
Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desarrolló un innovador emprendimiento ecológico que convierte a las colillas de cigarrillos en placas termoacústicas denominadas cigarillo, que pueden aplicarse en la construcción.
El inédito proyecto que promueve el desarrollo sustentable y la preservación del medio ambiente fue ideada por los estudiantes de la carrera de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR, Luján Fischer, Antonio Ramírez, Luciano Carrizo y Rodrigo Barbuscia, quienes lograron placas termoacústicas (cigadrillo) con un proceso de limpieza de las colillas de cigarrillos, que luego se desmenuzan, se convierten en materia fibrosa, se las comprime y, finalmente, se forman ladrillos.
«El fin es producir placas termoaislantes o placas de melamina que pueden ser utilizadas en la construcción“, explicó a Télam, Luján Fischer, quien dijo que la idea surgió «por la preocupación que tenemos en el grupo por el medio ambiente”.
La celulosa «es un material tanto térmico como acústico y las colillas de cigarrillos son el contaminante número uno a nivel mundial, porque están bañadas en acetato de celulosa, que es un derivado del petróleo”, detalló Fischer.
Cada colilla posee «hasta más de 7 mil contaminantes”, aunque “solo se conocen a 15” entre los que figuran “arsénico y cadmio”, indicó Fischer, para explicar que una sola colilla “contamina hasta 50 litros de agua dulce”.
Para dar una idea de la cantidad de colillas de cigarrillos que se arrojan en la vía pública, la investigadora dijo que el estudio de campo, determinó que en la zona costera de Rosario se hallaron “hasta 75 colillas por metro cuadrado”.
Y graficó que para elaborar una placa termoacústica o cigadrillo se necesitan “unas 7 mil colillas de cigarrillos”. La placa tiene, además, «un excelente comportamiento acústico y térmico”, remarcó la estudiante de arquitectura.
Una vez recolectadas las colillas, saneados sus contaminantes y la suciedad del suelo, al final del proceso queda un líquido residual, indicó Fischer.
“Para tratar ese agua, contamos con una ingeniera química que hace el seguimiento del proceso”, añadió.
Ante los avances del proyecto, la estudiante contó que pronto llevarán las muestras al Instituto de Tecnología Industrial (INTI), en Buenos Aires, donde realizarán los ensayos termoacústicos.
“También hemos participado en distintas convocatorias a nivel provincial y nacional, pero necesitamos más apoyo oficial para los viajes y para el programa de instalación de cestos destinados a la recolección de las colillas”, agregó.
Si bien Fischer dijo que existen otros proyectos similares a nivel mundial, incluso uno en la provincia de Mendoza, “éste que desarrollamos en Rosario y que apunta a la celulosa de las colillas de cigarrillos, es único en el mundo”, consideró.