El conocimiento es un derecho y debiera estar al alcance de todos. Es verdad que cierta información científica puede estar fuera del entendimiento de la mayoría de las personas por su complejidad, de ahí la importancia del trabajo de los divulgadores científicos.
Orígenes es un proyecto de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) sobre evolución humana que fue seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación en el marco de la convocatoria 2021 Proyectos de Cultura Científica. Está impulsado por la licenciada en Genética Inés Badano y tiene como objetivo divulgar conocimiento científico sobre la evolución humana mediante una muestra de fósiles 3D accesible a través de tecnologías inmersivas.
No obstante, el desarrollo del proyecto supone la integración de varias áreas de la universidad: al Centro de Competencias, Unam Transmedia, Makers Lab (Facultad de Arte y Diseño) y la cátedra de Antropología Biológica de la Carrera Licenciatura en Genética de la Facultad de Ciencias Exactas.
En diálogo con El Territorio, Badano contó que la idea surgió a partir de la cátedra Evolución de la carrera de Genética en la que entendió que adquirir el conocimiento a partir de un texto o un libro era bastante difícil para los estudiantes.
“Entonces empezamos a explorar la posibilidad de hacer impresiones 3D de estas réplicas de fósiles como una manera de salir del libro y lograr algo que nos permita hacer una práctica más didáctica con los chicos y de ese modo puedan incorporar algunos conceptos de modo diferente”, contó.
Es que la ciencia funciona cuando es abierta, se basa en la circulación y la revisión de la información. Por ello, Inés pensó que podría ser útil transmitir a la población que existen fósiles de nuestra especie, que hay evidencia científica disponible y que puedan aprender a través de ellos sobre su propia historia.
“De ahí empezamos a conectar con distintas áreas de la Universidad como Unam Transmedia, Laboratorio Makers de Oberá para la parte de impresión 3D y el Centro de Competencias que va a estar encargado de la digitalización para que la gente acceda a esto pero a través de un código QR que va a estar en la calle”, contó la docente e investigadora sobre el proyecto que ya está en marcha.
Y añadió: “La gente se va a interesar por esto a través del arte de la mano de Fado, que fue el encargado de hacer el acabado fósil de las piezas. La idea es que haya murales para que la gente se vea motivada por esa cuestión y levante el QR”.
A través de ese QR, la persona interesada no sólo podrá visualizar los cráneos digitalizados sino que irá conociendo que cada fósil tiene una historia, sabrá sobre la manera en que fueron descubiertos, las cuestiones que se le atribuyen, entre otras cosas.
Hace tres años Badano había presentado el proyecto a la National Geographic, pero no logró conseguir el financiamiento en aquel entonces. Fue el Estado argentino el que finalmente seleccionó su trabajo dentro de muchos en el país.
El arte de los fósiles
La réplica de los cráneos fósiles que fueron impresos para la cátedra de Genética (luego se imprimirán más para el proyecto) corresponden al de un humano, un Australopithecus afarensis (Lucy), un neandertal y el de un chimpancé. Este último no está relacionado con la evolución humana, pero es usado para comparar diferencias.
El encargado de llevar adelante el trabajo de convertir estas impresiones 3D en fósiles casi reales fue el conocido artista Fado. Las piezas se imprimen en Oberá con filamento PLA, que proviene de la caña de azúcar; al ser de plástico, es muy liviano, a diferencia de lo que pueden parecer a simple vista.
“Cuando imprimís no queda bien el acabado, se ven las capas. Vimos la necesidad de darles otro acabado a los cráneos, entonces empecé a experimentar con los aerosoles y ahí salió esta tanda para la cátedra, para el proyecto tenemos que hacer otros más”, comentó en diálogo con este medio.
Y sobre el proceso, agregó: “Primero se le pone una capa de látex, pero está básicamente todo trabajado con aerosol. Cuando se ocurre el proceso de fosilización hay varios minerales que pueden estar involucrados y era jugar con eso, de ahí a que algunos tienen un acabado más azul o más rojizo, si lo vas moviendo cambia de color porque también tiene ese efecto”.
Las principales características de la divulgación científica son promover la curiosidad hacia una materia y ofrecer la información necesaria para que la sociedad adquiera una opinión sobre cuestiones relacionadas con los avances de la ciencia y sus repercusiones.
Es así que Beatriz Rivero, del Centro de Competencias de la universidad, rescató que a través de las tecnologías “se puede poner este conocimiento que se trabaja en la cátedra o en la investigación, a los habitantes de la ciudad y los visitantes y ofrecerles una experiencia en contacto con el conocimiento. De todo lo malo, la pandemia nos dejó cosas buenas y es que la gente se familiarizó mucho más con la tecnología”.
El proyecto se desarrollará por un año en varias etapas en las que todas las partes están trabajando para que todo el trabajo pueda ver la luz en la primavera del año próximo.
“Está bueno tener contenido en español y regional. El contenido sobre evolución humana es poco, se la encuentra en inglés con una aproximación súper seria. La idea es sacarle esa carga y difundir ese conocimiento de una manera lúdica”, comentó Fado.
Mientras, para cerrar, Badano destacó: “Cuando imprimimos las réplicas de fósiles nos dimos cuenta de que permitía transmitir los saberes de una manera más lúdica y amena no sólo a los estudiantes sino también en los miembros de nuestra familia y los niños”.