China se ha propuesto un nuevo desafío, construir una presa hidroeléctrica de 590 pies de altura, valiéndose de Inteligencia Artificial (IA), con materiales sacados de impresoras 3D y sin la necesidad de tener que emplear a ningún ser humano en todo el proceso.
Los ingenieros chinos tomarán las ideas de un documento de investigación y las convertirán en el mayor proyecto impreso en 3D del mundo. Dentro de dos años, los responsables de este proyecto quieren automatizar totalmente la construcción no tripulada de una presa de 1,5 metros de altura en la meseta tibetana para construir la central hidroeléctrica de Yangqu, completamente con robots.
El artículo, publicado el mes pasado en el Journal of Tsinghua University (Science and Technology), expone los planes para la presa, tal y como informó por primera vez el South China Morning Post.
Allí, los investigadores del Laboratorio Estatal Clave de Hidrociencia e Ingeniería de la Universidad de Tsinghua, en Pekín, explican la columna vertebral de la automatización de la proyectada presa del río Amarillo, que acabará ofreciendo casi cinco mil millones de kilovatios-hora de electricidad al año.
Ya hay construcciones impresas en 3D, el edificio 3D más alto del mundo mide 6 metros y está en Dubai, la idea es que la presa mida 180 metros convirtiéndola, si algún día se construye, en el edificio más grande del mundo impreso en 3D.
Con las mayores estructuras impresas en 3D existentes, desde casas en China hasta un edificio de oficinas en Dubai, la exploración de los proyectos impresos en 3D sigue ampliándose.
Ya hemos visto un muro de contención de 1.640 pies de largo en China, edificios de viviendas y oficinas en todo el mundo, y ahora el Ejército de Estados Unidos tiene planes para un cuartel en Fort Bliss, en Texas.
Es difícil saber qué es más ambicioso
En este caso, el hecho de que los investigadores planeen convertir el emplazamiento de una presa en un proyecto masivo de impresión en 3D, o que a lo largo de cada paso del proceso el proyecto elimine a los trabajadores humanos al pasar a ser totalmente robótico.
En el proceso de «impresión» de la presa, la maquinaria entregará los materiales de construcción en el lugar de la obra, en el lugar exacto que se necesite, eliminando el error humano, dicen, y luego las excavadoras, las pavimentadoras y los rodillos no tripulados formarán la presa capa por capa.
La IA es la clave en la construcción de la presa hidroeléctrica
Otro de los aspectos que hace este proyecto especial, es que todo el proceso estará controlado por una IA central, que se encargará que todas las partes del proceso funcionan correctamente.
A cada paso completado, las maquinas envían los avances a la IA central que registra todo. El proyecto defiende que la decisión de usar solo máquinas y nada de personas, se debe a dos cosas; primero porque así se evita el error humano, pero también porque al no tener trabajadores se elimina cualquier preocupación por la seguridad de estos.
Liu Tianyun, autor principal del artículo, afirma que el sistema central de IA mantiene la línea de montaje robótica en funcionamiento y la impresión 3D en la obra, al tiempo que elimina los problemas de seguridad de las personas y elimina los errores humanos del proceso.
Los sensores de los rodillos mantendrán al sistema de IA informado sobre la firmeza y la estabilidad de cada una de las capas impresas en 3D hasta que alcance los 1,5 metros de altura, más o menos la misma altura que la presa de Shasta en California y menos que los 2,5 metros de la presa Hoover.
Esto podría garantizar la entrega eficiente de materiales y la precisión necesaria para mantener cada capa de la presa en línea y a nivel.
Con una serie de proyectos impresos en 3D que ya se están ampliando en todo el mundo, si China puede lograr esta hazaña en dos años, dirigida por un sistema de IA que controla una flota de robots, eso puede abrir las posibilidades futuras de proyectos de construcción impresos en 3D controlados por IA.
Según los científicos responsables de este proyecto, esta presa hidroeléctrica proporcionará alrededor de 5.000 kilovatios hora de energía al año y si su construcción es exitosa, este método revolucionaría por completo la forma en la que se hacen las edificaciones.