Científicos del Laboratorio Nacional de Biorrenovables (LNBR), con sede en el Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales (CNPEM), Brasil, estudian bacterias que promueven el crecimiento de las plantas. Debido a que se los aisló en el suelo, estos organismos tienen potencial de uso como fertilizantes sin contaminar las aguas ni causar alteraciones que perjudiquen al propio suelo, tal como puede ocurrir con los fertilizantes químicos.
Este estudio estuvo coordinado por Juliana Velasco, investigadora del LNBR-CNPEM, y se lo dio a conocer el durante el Workshop Biopharma and Metabolomics, realizado en la sede de la FAPESP. Este proyecto es uno de los que cuentan con financiación en el marco de un acuerdo de cooperación suscrito entre la FAPESP y Agilent Technologies.
Luego de aislar bacterias del suelo, el equipo de Velasco empezó a identificar los llamados compuestos orgánicos volátiles (COVs), productos derivados del metabolismo de las bacterias que promueven el crecimiento de las plantas. “El objetivo ahora consiste en investigar y entender de qué manera se altera el metabolismo de las plantas a causa de esas moléculas de señalización”, declaró Velasco.
Durante la primera fase del trabajo se emplearon dos especies de plantas modelos: la Arabidopsis thaliana y la Setaria viridis. Los investigadores seleccionaron las cepas bacterianas que aportaron más al crecimiento de esas plantas y ahora las están probando en arroz, aún en laboratorio.
“De entrada, se hace imposible reemplazar totalmente a los fertilizantes químicos. Pero seguramente podremos disminuir considerablemente su uso al aplicar productos biológicos”, dijo Velasco.
La meta consiste en desarrollar un bioproducto que pueda aplicarse en el suelo en forma sólida (como polvo) o líquida, al principio en cultivo tales como los de caña de azúcar, maíz y arroz. Ya se emplean actualmente tecnologías similares para la fijación del nitrógeno.
Velasco explicó que, en buena parte de los cultivos de soja brasileños, se aplican productos bacterianos como sustitutos de los abonos nitrogenados. El uso excesivo de estos fertilizantes es conocido porque provoca la contaminación del suelo y de los ecosistemas acuáticos, aparte de aumentar la emisión de óxido nitroso, que agrava el efecto invernadero.
La FAPESP y Agilent Technologies han emitido hasta ahora tres convocatorias a la presentación de propuestas conjuntas, con selección y apoyo a seis proyectos de investigación.
“Esta asociación ha generado oportunidades sumamente interesantes para los investigadores vinculados a universidades e institutos de investigación del estado de São Paulo”, dijo Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP, durante la apertura del evento.
Jim Hollenhorst, director sénior de tecnología de Agilent, comentó que alrededor del 8% de la facturación de la empresa se invierte anualmente en investigación y desarrollo. La mayoría se refiere a lo que la empresa denomina como I&D orgánicos, es decir, dentro de la propia compañía.
“Pero una parte de nuestros laboratorios de investigación se enfoca en innovación a largo plazo, con un riesgo mayor, pero con un potencial muy alto de retorno. No creemos que todas las buenas ideas estén en nuestra empresa, y esta es la principal razón por la cual estamos actuando en el marco de asociaciones como esta, acá y en otras partes del mundo”, dijo Hollenhorst, quien a su vez afirmó en Brasil vislumbra bastante potencial para entablar asociaciones con la empresa. (Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)