Una impresionante planta solar flotante en Chile esta convirtiendo los riesgos en oportunidades apuntalando la innovación y mostrando un derrotero a seguir para otros países de la región.
La iniciativa consiste en 256 paneles fotovoltaicos (de 330 watts cada uno) instalados en el depósito Las Tórtolas, con capacidad para generar en conjunto 86 kW. Los paneles se ubican sobre una isla flotante y están conectados a una sala de servicios, desde donde se monitoreará la energía que el sistema generará a diario. Este proyecto, que se ejecuta por primera vez en un sistema altamente dinámico como un tranque de relaves, permitirá reducir las emisiones de CO2 en 58 toneladas al año, generar energía eléctrica renovable de 150.000 kWh/año y reducir en un 80% la evaporación del agua sobre el área que cubre.
La iniciativa, que se puso en marcha en presencia del Ministro de Minería Baldo Prokurica, consiste en paneles solares instalados en una isla flotante sobre el depósito de relaves Las Tórtolas, en la comuna de Colina. El proyecto, pionero a nivel mundial, permitirá reducir las emisiones de CO2 en 58 toneladas al año, generar energía eléctrica renovable de 150.000 kWh/año y reducir en un 80% la evaporación del agua en el área que cubre. Esta iniciativa surge como una solución para maximizar el uso eficiente de agua ante la escasez hídrica de la zona central del país, donde se ubica la mina Los Bronces de Anglo American. El objetivo es reducir la evaporación del agua en la superficie de Las Tórtolas, con el fin de aumentar la disponibilidad para recirculación en el proceso minero.
Hoy Los Bronces recircula entre el 70% y el 80% del agua del proceso, lo que permite abastecer un 45% del requerimiento total de la operación. De este modo, este proyecto contribuye a realizar una minería más sustentable al generar energía, reducir emisiones y optimizar el uso de agua.
Los paneles son módulos policristalinos de 72 celdas, double glass sin marco de aluminio. Tienen resistencia a condiciones climáticas extremas como viento o sismos. El sistema de anclaje resiste eventos de viento de 210 km/h y puede adaptarse al aumento o disminución del nivel del tranque.
La instalación convierte este espacio nunca antes utilizado, en un área aprovechable y mejora la generación eléctrica fotovoltaica gracias al efecto de enfriamiento natural del sistema, producto de la diferencia de temperatura entre el agua y el ambiente.