Relativity Space es un constructor de cohetes espaciales con un factor diferencial: utiliza la impresión 3D. Con el objetivo de abaratar costes y fabricar iteraciones más rápidas, utilizan gigantescas impresoras 3D para fabricar la mayor parte del cohete. El primero de sus cohetes es Terran 1, que llegará a finales de este año. ¿El siguiente? Terran R, que además será reusable.
Relativity, valorada en 2.300 millones de dólares, se ubica como una de las empresas espaciales privadas más valiosas del mundo. Desde su fundación hace más de cinco años en Los Ángeles, ha recaudado ya cientos de millones de dólares en diferentes rondas de financiación. La característica más apasionante es sin duda su impresión de los cohetes en 3D, algo que CNBC pudo ver de cerca al visitar sus instalaciones.
La compañía ha estado desarrollando en los últimos años Terran 1, que si bien no es reutilizable, sigue una estructura y diseño muy similar al futuro Terran R. Terran 1 tiene un precio de 12 millones de dólares por lanzamiento y está diseñado para transportar 1.250 kilogramos a la órbita terrestre baja. Esto coloca a Terran 1 en una posición entre el pequeño Electron de Rocket Lab y el Falcon 9 de SpaceX en precio y en capacidad de transporte.
Terran R, que busca rivalizar con Falcon 9, subirá su capacidad «unas 20 veces» en comparación al Terran 1, según la compañía. Es decir, con esos más de 20.000 kilogramos se posicionaría directamente en el mismo espectro que el Falcon 9 de SpaceX, capaz de transportar hasta 22.800 kilogramos. De momento sin embargo no se ha confirmado qué precio tendrá, para hacernos una idea, el Falcon 9 tiene un coste de 62 millones de dólares por lanzamiento.
El punto a tener en cuenta aquí es si el cohete llega a ser realmente reusable, aún no han volado con ellos para demostrarlo. A SpaceX le ha costado años conseguir que sus cohetes aterricen de vuelta en la superficie terrestre sanos y salvos. La neozelandesa Rocket Lab por su parte consigue capturarlos en el aire y con redes gracias a que son más pequeños. Blue Origin de Jeff Bezos es de las pocas que se encuentra en el selecto club de las constructoras de cohetes reusables. Otras como Aevum utilizarán directamente aviones.