Por rudimentaria que nos parezca en nuestros días, la utilización de la rueda, la incorporación de los arados y los animales de tiro o, muy posteriormente, los motores, son verdaderas revoluciones tecnológicas que hicieron avanzar la agricultura y, con ello, la posibilidad de un mayor desarrollo demográfico y la creación de sociedades cada vez más complejas. Si atendemos a la proliferación de huertos urbanos que aparecen en el centro de las grandes ciudades europeas, casi podría afirmarse que detrás de cada urbanita se esconde un hortelano. Gente que afronta el cultivo de tomates con una actitud casi espiritual, de vuelta a las raíces, a tener contacto con la tierra y regresar a lo esencial. Cuando las cosas -aparentemente- eran más sencillas y puras. Una mirada que parece -y sólo parece- alejada de la tecnología que nos rodea por todas partes. Sin embargo, como prácticamente toda actividad humana, el desarrollo de la agricultura está necesariamente ligado a los avances tecnológicos ya desde las primeras evidencias arqueológicas de cultivos en distintas zonas del mundo durante el Neolítico.
En los últimos dos años, el modo en el que se siembran y cosechan vegetales ha cambiado y la tecnología juega un papel importante en este nuevo enfoque. Se trata de aprovechar los espacios y los diferentes escenarios urbanos para producir alimentos.
Uno podría pensar que los vegetales cultivados en interiores no tendrán la misma calidad que los que se encuentran en la tierra, al aire libre y con luz natural del sol. Pero estos nuevos enfoques, disruptivos, han roto este paradigma y ahora, gracias a diferentes técnicas de siembra, riego e iluminación, es posible crear huertos en interiores.
Los tiempos cambian y la forma en que hacíamos las cosas también. Nos tenemos que adaptar a la manera en la que la humanidad avanza y qué mejor que hacerlo de la mano de la tecnología y hasta entonces nuestra alimentación será más sana y los hortelanos de ciudad podrán abrazar la tecnología sin remordimientos de conciencia…
Nuestra alimentación será entonces más sana y los hortelanos de ciudad podrán abrazar la tecnología sin remordimientos de conciencia…