¿Hasta dónde es capaz de llegar la fabricación aditiva? Cada vez descubrimos que no hay límites, no es la primera vez que la impresión 3D es protagonista de historias en las que se salvan vidas y muestra de ello es el ejemplo que te traemos, la extracción de un tumor ocular gracias a la impresión 3D. La empresa BCN3D junto con el Hospital San Joan de Déu de Barcelona, han sido los participantes en la intervención oncológica de un paciente de tan sólo 11 años de edad que se ha sometido a una operación muy complicada, en concreto un osteosarcoma facial.

La conocida empresa de desarrolladores y fabricantes de soluciones de impresión BCN3D, se ha aliado con el Hospital San Joan de Déu de Barcelona. Más concretamente con la unidad de cirugía maxilofacial liderada por el doctor Josep Rubio, el equipo realizó una planificación previa en la que se construyeron biomodelos de las partes del cráneo del paciente para su posterior impresión en 3D. Con tan sólo 11 meses de vida a Andrés le diagnosticaron un cáncer, retinoblastoma (cáncer del ojo), el cual después de dos años con un tratamiento específico se recuperó. Al ser portador de un gen germinal los médicos le comunicaron a los padres que el pequeño podría sufrir un tipo de cáncer en el sistema óseo… y años más tarde sucedió, un osteosarcoma facial.

El papel de la impresión 3D en la extracción del tumor

El objetivo de esta cirugía era la extirpación del tumor ocular que se encontraba en el pómulo derecho y extraerlo con unos márgenes de seguridad. «Es ahí donde entra en juego la tecnología de impresión para planificar y delimitar el pómulo ocular con exactitud», ha explicado Josep Rubio, que ha calificado este caso como «muy complejo”. Para la fabricación de estos biomodelos tridimensionales para las partes del cráneo se utilizó la impresora 3D Epsilon W27  con su doble cabezal extrusor, y como material ABS, esta combinación aportó el realismo necesario para planificar la intervención. Gracias a la impresión 3D se pueden personalizar las intervenciones según las necesidades de cada paciente ayudando así al cirujano con las herramientas de soporte y guiado, mejorando la precisión y seguridad en la operación.

Finalmente resultó exitosa la operación de extracción del tumor ocular en la que el paciente consiguió salvar su ojo a pesar de ser una intervención complicada, en la que una vez más es una victoria para la medicina, para la impresión 3D y lo más importante la vida de los pacientes. “La impresión 3D nos ayudó a evitar posibles postoperatorios y mejoró la calidad tanto para el paciente como para el proceso quirúrgico. Tras semanas de planificación quirúrgica se pudo realizar una resección completa de la lesión y además se preservó la visión del paciente», asegura la doctora Adaia Valls, cirujana maxilofacial del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. El equipo de Unidad de Planificación del hospital tiene líneas de investigación abiertas para conseguir mejoras en cuanto a propiedades mecánicas, colores, texturas, limitar los tejidos vivos en los modelo impresos. ¡Final feliz para una historia tan conmovedora!