El coche eléctrico de Kenguru no tiene asientos, y se conduce poniendo las manos en manillares de tipo motocicleta. Está pensado para usuarios de sillas de ruedas, que pueden pasar por el portón trasero del coche hasta la zona del conductor. La empresa, con sede en Austin, está preparando el lanzamiento de su primer producto, que tiene una autonomía estimada de 100 kilómetros con una carga de ocho horas. Cuando finalmente entre en producción dentro de 12-18 meses, el vehículo costará 25.000 dólares, pero eso es antes de tener en cuenta la energía verde y los incentivos fiscales a la movilidad del gobierno.
Kenguru, que en húngaro significa «canguro», se fundó en Hungría, pero se trasladó a Estados Unidos cuando tuvo problemas para encontrar capital de riesgo. Todavía no se sabe nada de las credenciales de seguridad del coche, que con sus 2 metros por 1,5 metros es incluso más pequeño que un Smart Car. Sin embargo, a pesar de la pintura amarilla de Ferrari del Kenguru, la empresa no espera que sus conductores se vean envueltos en ninguna persecución a gran velocidad. El Kenguru sólo alcanza los 40 km/h, por lo que está pensado para un viaje normal al supermercado o al trabajo.