LightSail 2: la vela solar ya está en órbita.

A las 2:30 de la madrugada en Florida, 8:30 de la mañana en España, SpaceX ha lanzado con éxito un cohete Falcon Heavy con una carga muy especial, la sonda LightSail 2, una nave espacial que se propulsa gracias a una vela solar.

El cohete que cuenta con tres motores y que es la nave más poderosa con la que cuenta SpaceX, se levantó sin problemas desde el centro espacial de Cabo Cañaveral y apenas 3 minutos después, se separaran para que dos de ellos volviesen exitosamente a la tierra, mientras el tercero y central, que debía aterrizar en la barcaza «Of Course I Still Love You», se estrelló explotando cerca de la plataforma.

Velas solares para la exploración del espacio.
Es una misión muy especial que por fin pondrá a prueba la teoría de que los fotones pueden usarse para propulsar objetos, como en este caso, una sonda. En 2010 la sonda japonesa IKAROS ya demostró esta teoría, pero ahora la Planetary Society, fundada por Carl Sagan, ha lanzado LightSail 2 con una vela mucho más grande que dará respuestas sobre cómo se podrá usar esta tecnología para viajar por el espacio.

La teoría es que las velas solares permitirán navegar por el espacio en misiones muy largas sin necesidad de utilizar combustible, sino que serán propulsadas gracias a los fotones liberados por el Sol y que nos permitirá explorar la galaxia.

Sí, existen «brisas celestes», como fantaseó el astrónomo alemán Johannes Kepler en 1608 y que se podrán aprovechar para lanzar sondas que pueden llegar más lejos y más rápido a puntos del espacio para su estudio.

Las velas solares están fabricadas en plástico, concretamente de politereftalato de etileno, un material usado en tejidos que es muy fino, ligero y reflectante.

Es tan ligero que una vela como la de LightSail 2, de 32 metros cuadrados, cabe en un pequeño satélite para después desplegarse en lo que viene a ser el tamaño de un ring de boxeo.

Los fotones liberados por el Sol transmiten parte de su energía cinética a esta sonda, que se mantiene estático en el espacio. Con su ligera propulsión, pero constante, se consigue energía ilimitada para un satélite que podría explorar el cosmos tanto como sus antenas y circuitos le permitan.