Panamá prohíbe el uso de bolsas plásticas.

El fin de las bolsas plásticas hechas con polietileno, está cerca en Panamá, gracias a la aprobación por parte de la Asamblea Nacional de la Ley 492 que elimina dichas bolsas y las sustituye por unas reutilizables agradables con el ambiente. La aprobación de esta Ley coloca a Panamá como el primer país en Centroamérica en la eliminación de las bolsas plásticas, cuyo objetivo es sustituir las bolsas desechables por bolsas reusables, reducir la generación de desechos sólidos y ayudar a una mejor calidad del medioambiente. Sin embargo, el reto para la Ley 492 será la campaña de promoción y  educación que hará el Ministerio de Ambiente  para generar conciencia en la comunidad de los beneficios de reducir el uso de las bolsas plásticas desechables; así como las sanciones que deberá imponer La Autoridad de Protección al Consumidor  y Defensa de la Competencia por el incumplimiento de esta Ley. Para que  tengamos una idea de lo dañino e importante de esta Ley, debemos entender su impacto. Las bolsas de plástico de polietileno consumen grandes cantidades de energía para su fabricación. Están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que tardan en degradarse entre 100 y 500 años. Asimismo, las bolsas serigrafiadas pueden contener residuos metálicos tóxicos. La gran mayoría acaban siendo desechadas sin control, contribuyendo a la contaminación tanto de las ciudades como de los ecosistemas naturales. En el mar, su impacto puede ser letal para animales como tortugas, ballenas o delfines, que mueren tras ingerirlas. En pocas palabras, cuando vemos la acumulación de estos desechos en las playas o en los sitios naturales, estamos exponiendo a la Madre Tierra a enfrentar una dura batalla, que lamentablemente, siempre  pierde.

El  cumplimiento de la Ley 492, representa una suma de voluntades de parte de todos en Panamá. Organismos del Estado, dueños de establecimientos, consumidores, productores y entidades reguladores y la población, en general, debemos ser defensores de su cumplimiento. Una solución que deberá determinar el Ministerio de Ambiente, es el tipo de componentes con el cual deberán elaborarse las nuevas bolsas. Hasta ahora, la mejor alternativa conocida, es la  utilización de bolsas plásticas de maíz o plástico biodegradable de vegetales, principalmente ácido poliláctico, debido a que su descomposición tarda entre 45 y 90 días con agua y dióxido de carbono; sin embargo, este tipo de degradación solo es posible a través de procesos industriales.

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