Tecnologías que prometen revolucionar la energía solar fotovoltaica

De todas las fuentes de energía renovable, la energía solar fotovoltaica es la de mayor potencial productivo.

Nuevos sistemas de células solares en tándem

Las células solares en tándem funcionan en cascada. Colocadas una sobre la otra, cada una convierte una banda específica de la luz solar en energía eléctrica, evitando así que se desaproveche la energía, pues la restante pasa siempre a la célula siguiente. Según recoge un análisis de IRENA, existen distintas tecnologías fotovoltaicas emergentes en función de los materiales que utilizan, o los tipos de conexión. Además, este planteamiento se ha utilizado para fabricar las células solares más eficientes del mundo, que pueden convertir hasta el 46% de la luz solar en electricidad.

Paneles fotovoltaicos flotantes

El sol y el mar parecen haber encontrado la simbiosis energética perfecta en los sistemas fotovoltaicos flotantes. Según un informe del Banco Mundial y el Instituto de Investigación de Energía Solar de Singapur, a finales de 2018, la capacidad instalada acumulada global de la fotovoltaica flotante era de 1,1 GW, 100 veces más que tan solo cuatro años antes. En palabras de Riccardo Puliti, Director de Energía del Banco Mundial, “la tecnología solar flotante tiene enormes ventajas para los países donde la tierra es escasa o las redes eléctricas son débiles”. Además, su ubicación en el mar permite destinar la superficie terrestre a la producción de otros recursos y acercar estas centrales solares a áreas urbanas con alta densidad de población pero cerca de zonas costeras.

Agrofotovoltaica: agricultura a la sombra de los paneles solares

Una de las soluciones para mitigar el espacio que ocupan las plantas de paneles solares es combinar la producción de energía fotovoltaica con la agricultura. Según explica un artículo de la revista Nature, los sistemas agrovoltaicos de doble uso suponen una gran oportunidad para el futuro de la sostenibilidad energética. La demanda mundial de energía se vería compensada por la producción solar, incluso si menos del 1% de las tierras de cultivo se convirtieran en un sistema agrovoltaico, según la citada investigación. La clave está en cultivar bajo los paneles solares, pues los investigadores han confirmado los beneficios de  aprovechar la sombra que producen para el rendimiento de los cultivos y su consumo de agua.

Según IRENA, los costes de la producción de energía renovable disminuyen con celeridad, una tendencia que se consolidó también a lo largo de 2018. Por ejemplo, la caída en el coste global medio de la electricidad producida mediante energía solar fotovoltaica entre 2010 y 2018 fue de un 77%. Una tecnología solar accesible permitiría transformar el sistema energético mundial, lo que implica beneficios socioeconómicos significativos y la democratización del acceso a la energía eléctrica.