Usamos el WI-FI todos los días, pero ¿Sabes cómo se mueve?

EL Wi-Fi se ha convertido en una parte integral de nuestra acelerada vida cotidiana. Gracias al Wi-Fi ya no tenemos que estar atados a Internet con cables. Pero ¿alguna vez te has parado a preguntarte cómo funciona? Wi-Fi utiliza ondas de radio para transmitir información entre su dispositivo y un enrutador a través de frecuencias. Se pueden utilizar dos frecuencias de ondas de radio, dependiendo de la cantidad de datos que se envíen: 2,4 gigahercios y 5 gigahercios. ¿Pero, qué significa eso? Bueno, un hercio es sólo una medida de frecuencia. Por ejemplo, digamos que estás sentado en la playa, viendo las olas chocar contra la orilla. Si midieras el tiempo entre cada choque de olas, estarías midiendo la frecuencia de las olas. Un hercio es una frecuencia de una onda por segundo. Un gigahercio, por el contrario, equivale a mil millones de ondas por segundo.

Cuanto mayor sea la frecuencia, mayor será la cantidad de datos transmitidos por segundo. Las dos frecuencias Wi-Fi están divididas en múltiples canales para evitar mucho tráfico e interferencias. Cuando se trata de compartir datos a través de estos canales, bueno, ahí es cuando ocurre la magia (es decir, la informática). El primer paso del proceso lo inicia usted (el usuario).

Cuando accede a Internet en su dispositivo, este convierte la información que ha solicitado en código binario, el lenguaje de las computadoras. Todo lo que hacen las computadoras se basa en código binario, una serie de unos y ceros. Cuando hace clic en este artículo, su solicitud se traduce en un montón de 1 y 0. Si está utilizando Wi-Fi, estos 1 y 0 se traducen en frecuencias de onda mediante el chip Wi-Fi integrado en su dispositivo. Las frecuencias viajan a través de los canales de radio mencionados anteriormente y son recibidas por el enrutador Wi-Fi al que está conectado su dispositivo. Luego, el enrutador convierte las frecuencias nuevamente en código binario y traduce el código al tráfico de Internet que usted solicitó, y el enrutador recibe esos datos a través de un cable de Internet cableado.

El proceso se repite hasta que haya cargado este artículo o cualquier cosa que requiera Internet. Todo esto sucede a un ritmo increíblemente rápido; la mayoría de los enrutadores funcionan a 54 Mbps (megabits por segundo), lo que significa que cuando dichos enrutadores traducen y transmiten datos binarios, se reciben o envían 54 millones de 1 y 0 en un solo segundo.